La segunda página de “Zang Tum Tumb” por el poeta futurista Filippo Tommaso Marinetti nos introduce de lleno a los planteos de abandono de todo lo tradicional y búsqueda de una nueva hibridación entre los sentidos y las artes (en este caso escritura, “música”/sonido -o “ruido”, como es lo que preferían buscar- y lo visual). Plasman el sonido sobre el papel en forma de onomatopeyas (tlin sssssssiii ssiissii ssiisssssiiii) y tipografías cambiantes (en libertad vivaaaaAAA el FUTURISMO fi-) que buscan representar de la manera más cercana visualmente las sensaciones y sentimientos que se tienen al escucharlos, a veces hasta describir sus
INICIO
Correcciones
de borradores + deseos
en velocidad
Ninguna poesía primera a la nuestra
con nuestra imaginación sin alambres palabras
en libertad vivaaaaAAA el FUTURISMO fi-
nalmente finalmente finalmente finalmente
finalmente
FINALMENTE
POESÍA NACE
tren tren tren tren tren tron
tron tron (puente [de fierro: tatatluuun-
tlin sssssssiii ssiissii ssiisssssiiii
tren tren fiebre de mí-
contextos con mucho detalle (destacando que en parte debido a sus tendencias fascistas, mucho sobre lo que escribían eran ruidos de armas, máquinas (con nuestra imaginación sin alambres palabras) (tren tren tren tren tren tron) y guerra en general, donde los sonidos son fuertes y estridentes, y no fácilmente interpretables por la tipografía tradicional y el orden de los eventos se desvanece muy fácilmente. Estas nuevas sensaciones abandonan y hasta anulan los ideales anteriores (Ninguna poesía primera a la nuestra), y tal como los instrumentos futuristas sonoros, la rareza de los resultados respecto del contexto en el que se producían era parte del encanto de la obra final.
En un registro abierto suponemos que todos los sonidos que aparezcan son parte de un mismo contexto determinado y reconocible (ej: si se graba en un parque, sería fácil darse cuenta por ser un conjunto de sonidos conocidos como grupo, aunque aislados puedan pertenecer también a muchos otros contextos), pero lo inesperado es parte del proceso, ya que nada asegura que en ese momento dado y por pura coincidencia intervenga algo fuera de lo común. Es en parte por esto que creo que los conceptos figura-fondo son cambiantes, y la atención que enfocamos se prioriza por volúmen o agudez del sonido, pero a la vez si un mismo sonido modifica su frecuencia, la atención se redirige a otro, y la división se nubla. De la misma manera, si se respeta un mismo “estilo ” de sonidos (ya sea por cualidades similares o porque creemos que provienen de un mismo tipo de entorno u orígen (ej: dentro de “sonidos del mar” podrían haber sonidos provenientes de líquidos sin específicamente ser agua), o por un ritmo, podría decirse que ese es su eje, pero la variedad trae como consecuencia una adaptación constante del oído hacia los distintos tipos de características que puede tener cada sonido y el eje es rotativo.